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/pasión de multitudes

Domingo a domingo nace otra ilusion, se deja el asado en familia a medio terminar o las pastas con "ese" secreto de la abuela, nos ponemos la camiseta, agarramos las banderas, el gorro o la vincha y salimos casi corriendo para ir a alentar "los colores", esos colores que desde niños nos acompañan, esos que llevamos tatuados en la piel hasta el final, no nos importa en que viajar, no importa si lo hacemos sentados, parados o colgados, sino llegar, verlos salir a la cancha e imaginarnos que salimos nosotros "los hinchas", sentir que pisamos la verde gramilla que tantas glorias la han pisado, en fin, somos uno mas del equipo, pero la realidad nos ubica del otro lado del alambrado, del lado del aliento, del lado que siente la camiseta, del lado que se llora por los colores.

Tampoco importa si llueve, si el sol nos parte por la mitad, lo importante es estar ahí, saltando y saltando en el tablón, cantando y cargando a los del equipo contrario, son 90 minutos de gloria o desazón, y ni hablar la semana posterior si perdimos hay que aguantar las bromas, si ganamos nos tendrán que aguantar a nosotros. 

Comentamos con el del al lado el equipo que va a salir a la cancha, y nos transformamos por unos instantes en DT, con el mismo de al lado nos abrazamos sin conocernos cuando algún jugador que viste nuestra camiseta doblegó al arquero contrario.

Domingo a domingo, alentamos, lloramos, reímos, damos la vuelta olímpica soñada, no nos podemos apartar, no es amor de un día, es amor eterno, y como dice algún trapo, "CUANDO ME MUERA DESDE EL CIELO TE VOY A ALENTAR".​

Bendito fútbol pasión de multitudes.

todos los derechos reservados                                                                javier brusco /  fotoperiodismo / reportero grafico ©                                   

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