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/sepelio raúl alfonsín

En la vida de una persona las imágenes van quedando escritas como palabras en los capítulos de un libro.
Pasan los años y uno va recordando, párrafo por párrafo, capítulo por capítulo, pero hay algunos que no se querrían cerrar nunca.
Este es uno de ésos, aquel capítulo con el que empecé a escribir mi libro de imágenes, que por supuesto fueron varios, pero éste empezó el 26 de octubre de 1983, mirando hacia Constitución y para la Constitución

Cuando voté por primera vez lo hice por una persona y para esa persona fue mi primer voto… todavía recuerdo aquella imagen yendo a votar aquel 30 de octubre con Tito (quien fuera en vida el marido de mi madre, por supuesto él ya había votado en varias ocasiones). Nos habíamos levantado muy temprano, quizás por ansiedad, pero, cómo no estar ansioso, si la mía era la primera vez. Aún está en mi recuerdo, como el beso que se le da a la primera novia.
Hicimos la cola juntos (votábamos en el mismo sitio), mientras esperábamos ansiosos a que abrieran la escuela para darle nuestro sufragio; habíamos llegado muy temprano.

Recuerdo también que esa noche del recuento de votos, (antes no había boca de urna), no me fui a dormir esperando que no se diera vuelta la tortilla y la persona a la cual había votado perdiera la elección, así que después de estar plenamente seguro, recién entonces me fui a dormir. Pero tampoco pude hacerlo, de la emoción que tenía. Hasta hace poco conservaba los papeles de lo que iban diciendo las radios, distritos por distritos, provincias por provincias, todo bien detallado y anotado, hora por hora… qué lástima haberme desprendido de aquel documento. Pero bueno, ya es tarde, "ya fue" como se dice ahora.

Pasaron varios capítulos e imágenes, de grandes emociones, alegrías y también tristezas. Recuerdo la emoción y la fuerza de ese "señor" en cuestión, la alegría de tanta y tanta gente aquel grandioso e inolvidable día soleado del 10 de diciembre de 1983. Luego el tiempo siguió transcurriendo, lamentablemente las agujas del reloj y el calendario siguieron su curso, y la alegría de la gente se fue transformando en impaciencia, el peso había muerto y nacía el Austral, esos 13 paros generales !!!, esos golpes de estado económicos !!!, las sublevaciones carapintadas y muchas cosas más transformaron esa emoción del "hombre" en cuestión en congoja, pero no con menos fuerza, y al ver a su pueblo así, casi descreído, y sin esperanzas, tuve una noche que escribir la triste imagen de su renuncia, entregaba antes el poder. En fin, de lo que siguió después mejor ni hablar, pero bueno, no querría terminar este capitulo de palabras transformado en imágenes, pero es así, y así tiene que ser, éste es el final del libro.

Por eso el 31 de marzo de 2009 murió el Dr. Raul Alfonsín haciendo un llamado a la unidad nacional, y las miles de personas que aquel 10 de diciembre de 1983 explotaban de alegría en la Plaza de Mayo, se agolparon esta vez frente al Congreso Nacional, a lo largo de la Avenida Callao y hasta el cementerio de la Recoleta, para brindarle su tristeza, su amor y su hasta siempre Señor Presidente. Y, por supuesto, también el mío.

todos los derechos reservados                                                                javier brusco /  fotoperiodismo / reportero grafico ©                                   

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